sábado, 2 de enero de 2016

Día 3 - Año Nuevo

Feliz año a todos. Esperamos que las uvas y el cava os hayan sentado bien.

Hoy es fiesta en Budapest, por lo que nuestra idea era pasear por una zona alejada del ruido del centro, de las zonas comerciales, de los bares, etc. Todos sabéis que Budapest es la unión de Buda y Pest, pero lo que igual no conocéis es que a esta unión le falta una tercera pata: Obuda. Es la zona más antigua, el primer asentamiento romano que dió origen a esta ciudad.

Y hasta allí que nos hemos ido.

Primero atravesando desiertas y grandiosas avenidas, antes de alcanzar el Puente Margarita, que da acceso a la Isla Margarita, un pulmón para Budapest, zona de esparcimiento y disfrute. Aunque suponemos que en verano, estará mucho más acogedor, ya que hoy, de nuevo, las temperaturas han sido frías. No habremos pasado de 1 grado y la nieve ha hecho acto de presencia a lo largo de la mañana, aunque de forma tímida.

La isla tiene algunos restos de un antiguo convento que los turcos se encargaron de destruir; además de algún que otro monumento, un pequeño zoo, un jardín japonés...

Una vez atravesados de punta a punta los algo menos de 3 km. de largo, hemos pasado a la otra orilla, la de Obuda, por otro puente. Justo al otro lado, dos placitas nos daban la bienvenida, con su suelo adoquinado, sus casas antiguas y de dos alturas, sus esculturas, con familias patinando... y sin rastro de turistas por ningún lado. Una zona con un encanto especial, que bien ha merecido el largo paseo.

Desde aquí hemos retrocedido por la otra orilla, pasando por delante de iglesias y sinagogas, que se entremezclaban con bloques de viviendas muy de la época comunista. Extraña combinación.
Las grandes avenidas, salpicadas por grandes edificios desconchados. Incluso los restos de un grandioso anfiteatro romano.

Tras subir por una empinada cuesta, hemos llegado a la tumba del turco Gul Baba, uno de los pocos turcos simpáticos que debió de quedar tras los 150 años de ocupación otomana. Aquí le rinden culto los musulmanes, y la verdad es que este lugar transmitía tranquilidad y sosiego, en una zona rodeada de casas señoriales, con jardines y con unas vistas envidiables sobre el Danubio.

Antes de volver a acercarnos a la ribera del río, hemos pasado por el Parque del Milenio o Milenaris Park, con una mezcla de pequeños estanques helados, edificios de viviendas, centros de exposiciones, etc.

Otro de los baños termales famosos de la ciudad, son los Lukacs, en un edificio color amarillo muy del estilo húngaro.

Más adelante, la bonita plaza Bethany, con la Iglesia de Santa Ana, el Mercado y, sobre todo, unas vistas del Parlamento que quitaban el aliento!

Tras reponer fuerzas...

...hemos salido ya de noche, caminando por la orilla de Buda, deleitándonos con las vistas de todos los monumentos bellamente iluminados, algo de lo que creo no vamos a cansarnos de admirar durante los días que estemos en esta ciudad.

Camino del apartamento, hemos querido hacer una parada en la Plaza de la Basílica de San Esteban, para volver a ver su mercado navideño, esta vez de noche, y admirar la proyección que sobre su fachada hacen cada 30 minutos.

Por último, y como colofón para el primero de año, nos hemos puesto 'guapos' para asistir al concierto de año nuevo en la Ópera de Budapest, un magnífico edificio, con una acústica impresionante. Una bombonera con todo lujo de detalles, al nivel de otros grandes recintos europeos como Viena o Milán.






2 comentarios:

  1. Un día helado por lo que veo, pero ¡ bien aprovechado! Las avenidas desiertas , parece que los lugareños estaban durmiendo la fiesta de Nochevieja.
    Las fotos , algunos selfies , con fondo de los monumentos iluminados son espectaculares.

    Jose Angel

    ResponderEliminar
  2. Que bonito todo!!!!! me encanta, es una gozada, parece que estamos con vosotros. Muchos besos

    ResponderEliminar