domingo, 3 de enero de 2016

Día 4 - Seguimos por Pest

-5 de temperatura para empezar el día te carga las pilas... o te las congela, eso sí, la sensación térmica de hoy ha sido muy gélida. Al menos, salvo unos copos de nieve de nada, ha estado todo muy seco. Veremos cómo evoluciona esto, aunque los pronósticos no son muy halagüeños.

Hoy sábado hemos querido recorrer la zona comercial de la ciudad. Más que nada por palpar el ambiente de la calle. Atravesando algunas de las plazas principales de la ciudad, con hoteles, teatros, edificios de viviendas, hemos alcanzado la orilla del río, donde nos esperaba, sin moverse, la princesita a la que todos quieren saludar. Qué frío debe estar pasando la pobre!

Ya en pleno centro, si hemos entrado en alguna tienda, ha sido más para coger temperatura que por lo que éstas podían ofrecer. Maldita globalización! ¿Lo mejor? Poder mirar hacia arriba y ver los edificios sobre los que se asientan los Zara, Mango, Douglas y demás cadenas. Estas joyas Art-Noveau o barrocas sí que merecen muy mucho la pena. La calle Vaci está repleta de ellas.

Hemos optado por alejarnos una manzana, para huir de la gente, y poder disfrutar tranquilamente de la coqueta Plaza de La Libertad, donde hemos entrado en calor con un café. Si el año pasado ya os comentábamos el culto al café que existía en Londres, Budapest está iniciando esta andadura. Muchos locales, ofrecen su propia combinación de cafés, que ellos mismos tuestan y muelen, para ofrecer un producto de categoría. Locales decorados con gusto, sin mucho recargo, que invitan a pasar un rato en buena compañía.

Tras esta merecida pausa, hemos llegado al Mercado Central, un precioso edificio que mezcla la estructura de hierro con el ladrillo visto y un tejado de colores. Su interior, repleto de gente, es una mezcla de venta de productos de alimentación típicos húngaros, puestos de frutas y verduras, artesanía y souvenirs y puestos de comida.

Las vistas desde esta orilla del río siguen siendo espectaculares. Como comentábamos ayer, no nos cansamos de mirar para todos los lados, ya que siempre hay algo por descubrir.

Hemos parado para comer en una zona para nada turística, pero al lado de todo, y hemos probado varios platos típicos de la gastronomía del país, como la sopa goulash y el schnitzel vienés (acordaros el imperio austro-húngaro) en una tasca que teníamos en la guía y que no nos ha defraudado.

El frío cortaba la respiración, así que, tras entrar a ver otro de esos cafés de época, el New York, hemos optado por volver al apartamento a descansar. Las distancias no nos están pareciendo para nada exageradas. Y con lo andarines que somos, nos movemos de aquí para allá andando sin problemas.

Para terminar la jornada, hemos salido a tomar algo. Estamos alojados justo donde comienza la zona de más ambiente de la ciudad, el barrio judio. Cafeterías, bares, restaurantes... 

El ambiente multicultural es impresionante, además teniendo en cuenta que hoy es sábado y las fechas navideñas, hacen que muchos sitios estuvieran a tope. De hecho, nuestra primera opción nos ha salido rana, y hemos tenido que buscar otro de los sitios de moda, donde hemos pasado un rato muy agradable.

1 comentario:

  1. Hola chicos,
    Buff, que envidia. Creo que la elección de este año está más que acertada , con frío y todo. Aquí lo echo de menos. Besos

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