Primer objetivo del día, visitar el majestuoso Parlamento de Budapest. Lo hemos visto ya desde tantos lugares, de día y de noche... que ya solo nos faltaba entrar!
La visita guiada en castellano de 45 minutos está bastante bien, y el solo hecho de poder ver por dentro los pasillos, la sala del Congreso, la corona y el cetro de San Esteban, la sala de Audiencias, las escaleras... ya merecía la pena.
El Parlamento es una pasada, pero es que su entorno no se queda atrás. La Plaza que hay justo delante, con varios museos y ministerios, otra plaza adyacente con más edificios que impresionan...
Incluso uno que nos ha llamado mucho la atención por la novedad de sus formas, de estilo secesionista, y que acoge un museo.
También nos hemos acercado a la orilla del Danubio a contemplar, no sólo las vistas...
...sino el Monumento de los Zapatos, que de alguna manera quiere servir de homenaje a aquellos judios que fueron ejecutados y lanzados a las gélidas aguas del río.
Desde esta zona se inicia un bello recorrido atravesando calles semi peatonales y pequeñas plazas románticas.
El paseo nos ha llevado hasta uno de los cafés con más historia de la ciudad, el Café Central, donde se juntaban artistas, poetas, escritores, pintores...y donde nosotros hemos dado cuenta de una tarta Dobos deliciosa.
Después de la pausa, nos hemos dirigido hacia la zona universitaria, y hemos aprovechado para comer en la cantina de la facultad de medicina...qué tiempos aquellos!
A las afueras de un café nos ha hecho gracia esto...
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